El trail running es, por definición, un deporte exigente para los pies del corredor. El ritmo intenso y las grandes distancias que se recorren implican una cantidad muy alta y muy rápida de pasos que no dejan de ser ciclos de impacto para cada pierna. Además, aunque es un deporte que se lleva a cabo con calzado relativamente blando, el terreno suele ser complicado, lo cual implica que la pisada es distinta cada vez y, por lo tanto, las zonas de fricción varían.

Aunque en los últimos años ha aparecido la modalidad barefoot, ésta no deja de ser algo minoritario; la inmensa mayoría de los corredores utiliza zapatillas para entrenar y competir, y, por lo tanto, utiliza calcetines.

Ya hemos dicho en varias ocasiones que no es infrecuente que se preste mucha atención a las zapatillas y muy poca a los calcetines. Del calzado esperamos que tenga buen agarre sobre el terreno, que sujete bien el pie, que sea ligero, resistente, cómodo, impermeable… De los calcetines, en cambio, no sabemos muy bien qué esperar. Y, sin embargo, un buen calcetín de trail puede aportar muchas cosas:

COMODIDAD Y SUJECCIÓN

Un pie humano tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Es, sin duda, una pequeña maravilla de la evolución, pero no se puede decir que tenga una forma regular. Por eso, un tubo de tela con un simple codo no se adaptará nunca perfectamente a él. Incluso aunque a simple vista nos parezca que un calcetín convencional está perfectamente ajustado al pie, su tejido tendrá más tensión en unas zonas que en otras y eso, a la larga, puede llegar a desestabilizarlo y moverlo durante un ejercicio de repetición tan intenso como es correr.

Los calcetines Lorpen, en cambio, están diseñados para adaptarse a la forma del pie mediante un diseño compresivo. De esta manera se evita la aparición de arrugas o el indeseable deslizamiento del calcetín, que es la vía más rápida para la aparición de las temidas ampollas. Además, los calcetines Lorpen están construidos con una tecnología de costuras sin relieve, de manera que no existen en ellos protuberancias incómodas.

TRANSPIRACIÓN

Durante una sesión de trail running es inevitable que el pie sude. La aparición de humedad, ya lo dijimos en este otro post es causa de un ablandamiento de la piel que puede degenerar rápidamente en la aparición de ampollas. No tiene mucho sentido invertir un dineral en unas zapatillas supertranspirables si los calcetines, que son la primera capa en contacto con el pie, no son capaces de evacuar la transpiración hacia el exterior.

Mediante la Tecnología T3 Lorpen combina hilos hidrófobos e hidrófilos para conformar un sistema capaz de transportar el sudor desde la cara interna (en contacto con el pie), hasta la cara externa (en contacto con la zapatilla).

RESISTENCIA

El sistema T3 que acabamos de citar se combina con un tercer hilo, normalmente de Nylon, que protege las zonas expuestas a rozamiento según tipo y nivel de actividad. En el caso de los calcetines de trail running, el refuerzo extra se extiende por todo el calcetín.

AMORTIGUACIÓN

La Tecnología SLS (Selective Layering System) permite combinar en un mismo calcetín zonas con más o menos capas según convenga a cada actividad. De esta forma, los calcetines de trail running cuentan con un acolchado extra en las zonas de impacto y rozamiento para proteger el pie de la rápida y constante fricción. En pruebas especialmente largas, como las ultras, este hecho puede marcar la diferencia entre una carrera completada y un abandono doloroso.

Cabe recordar, además, que mientras que unas zapatillas de trail running pueden costar cientos de euros, unos calcetines Lorpen para esta misma actividad ni siquiera llegan a los 20 euros. ¡Y hablamos de uno de los mejores calcetines del mundo!